viernes, septiembre 02, 2016

El secreto del espejo

Cuando era muy pequeño emitían por televisión una serie en la que su cabecera y con una música de muchísima tensión, aparecía una serpiente reptando sobre un mosaico romano, era televisión en dos rombos y siempre mis padres me decían ¡a la camaaaaa! lo único que podía llegar a ver, era esa imagen sugerente e inquietante, la serie era Yo Claudio y ese comienzo se quedó clavado en mi cerebro como una imagen imborrable.

El secreto del espejo, es la nueva novela de Ana Alcolea y se trata de una continuación de su celebrada novela El secreto del galeón y que ya tuve el privilegio de ilustrar su cubierta, en principio pensé en repetir la misma fórmula gráfica que en anterior libro, pero al leer la novela descubrí que Ana no se repetía y por eso busqué otro tipo de ilustración para la cubierta. 
La técnica de dibujo sí que es la misma, dibujo a lápiz y el color aplicado digitalmente. Mientras lo iba dibujando estaba aterrado, porque creía en la idea, pero el dibujo no me convencía NADA, es cierto que la cosa cambió bastante, cuando empecé a aplicarle el color y fue emocionante ver como se transformaba ese dibujo en algo que yo sí que había imaginado en mi cabeza.


Un mosaico romano como elemento principal, el mosaico ya sitúa la acción en una época en concreto, la romana, pero también visualmente hace un efecto como de cristal roto en mil pedazos, como si se reflejase un rostro cuarteado y partido que hay que recomponer. Ese rostro pertenece a Yilda la protagonista, de pelo rojizo, donde destaca su trenza y que es muy importante, porque sirve como símbolo de dos mundos entrelazados, en el libro hay dos líneas temporales, el pasado romano y el presente, que de algún modo se unen e intuimos que hay un peligro y por eso se dibuja la serpiente que tan metida está en mi cabeza.

También hay dibujadas unas abejas y que juegan un papel fundamental en la historia. Si se observa detenidamente, cada tesela o trocito de mosaico tiene una forma determinada, más o menos regular en forma de hexágono, como si se crease un gigantesco panal de miel, en el cabello de la chica, que es donde se posan las abejas, se aprecia de manera mucho más evidente ese motivo hexagonal, y que se llega a fundir con las escamas de la serpiente.


Por último y para conectar los tres trabajos que he ilustrado con Ana (estos dos libros y el abrazo del árbol) todos ellos tienen su composición formada a través de la espiral de Fibonacci, lo sé, me repito mucho, pero en cada cubierta tiene un elemento comunicador diferente, en El secreto del galeón la espiral es la conexión entre las profundidades del mar y las constelaciones del cielo. En El abrazo del árbol representa un signo de crecimiento y de conocimiento y en esta última ilustración, el objetivo es representar el concepto de construcción, ya que vemos un mosaico y que hay que recomponer para completar ese misterio que aguarda el libro.


El libro está editado por Anaya y desde el enlace se pueden leer las primeras páginas.